Para zambullirse de lleno en una obra y apreciarla es importante ‘poner la realidad en pausa’ aunque sea por un rato. En algo tan concreto como por ejemplo, si uno esta viendo una peli, y en una escena muestran el pasado, uno no se va a poner a verificar si efectivamente tal modelo de auto existía en ese momento, o si es 100% fiel a la realidad. Y así como uno deja pasar ese tipo de cosas más especificas, hay obras que empiezan a manejar su propia lógica y uno va empezando a no desconfiar de las cosas que pasan, dejándose llevar.
Esta semana lamentablemente falleció David Lynch, alguien cuyas obras nos invitaban a suspender la incredulidad y pensar la realidad desde otro costado. Twin Peaks fue de las series que me hizo comprender que ‘entender’ y ‘disfrutar’ no son cosas necesariamente relacionadas. Entender una obra no es una cosa matemática de la cual solo hay una respuesta y es así o asá. Cada persona puede tener su interpretación personal de las cosas y cada una puede ser tan verdadera como la otra, y eso lo aprendí con Lynch.
Hay veces que me veo envuelto en un espiral negativo de pensar que el pensamiento generalizado va hacia una manera más ‘burda’ de hacer las cosas, sobre-explicadas, o con tópicos banales, nada que busque reflexionar más allá de la cosa en sí o ver desde otra perspectiva. El fallecimiento de Lynch, un poco me llevo a pensar algo así, que poco van quedando menos ‘artistas de antes’, y que ahora solo va quedando relatar la realidad con menos herramientas. Pero sinceramente me tranquilizo haber visto El Jockey (de Luis Ortega), y Queer (de Luca Guadagnino). No digo de repente que sean obras maestras o que manejen un surrealismo descomunal, pero si por un motivo u otro son obras recientes que me dan esperanza de que hay otras formas de contar las cosas y que lleguen a un mainstream. Porque en los ámbitos independientes, siempre hay lugar para la experimentación y estoy seguro que eso nunca se va a detener.
En lo personal, me he dado cuenta que en mis épocas más alegres, en general estaba negando algún hecho concreto terrible. Por poner un ejemplo general: la situación económica del país. El famoso fingir demencia. Siempre terminaba volviendo a este concepto de ‘suspensión de la incredulidad’ y pensaba ‘¿Qué tan verdadera es esta felicidad, si esta sementada en negaciones?’. Y en si siempre es necesario pausar la realidad un rato para disfrutar, ¿existe acaso un disfrute que sea plenamente consciente de todo el mal del mundo y las tragedias que suceden?
Puedo meterme en una sala, disfrutar una función, encontrarme siendo conmovido por cosas que hasta hace un rato no conocía la existencia; pero eventualmente llega ese momento: las luces se prenden, uno se levanta de la butaca, espera para avanzar en el pasillo alfombrado y se siente un mareo, como si hubiera bajado de un avión, ahora cayendo en que la vida sigue y la realidad golpea.
Me quedo pensando en que si no hace falta exigirle sentido a una obra para disfrutarla, se deberia poder hacer lo mismo con las cosas que a uno le pasan, que total casi nunca responden a una lógica. Es raro que las cosas que se dicen, las cosas que se hacen, y las cosas que se quieren, coincidan en tiempo y espacio de manera coherente. La vida imita al arte, decía Oscar Wilde.
En 2021 estaba muy enganchado con Twin Peaks, y había visto unos tuits diciendo que los shows de apertura de Weyes Blood eran lynchianos. Así que me puse a buscar más y termine descubriendo a Molly Lewis. Ella es una silbadora profesional, toda la musica que hace es instrumental y en vez usar la voz utiliza el silbido. Como si fuera un theremín, o un instrumento de viento, termina generando algo relajante que te va llevando. Lo primero que vi de ella fue esta sesión en vivo y me dejo con ganas de escuchar más. Así fui descubriendo su discografía. Me gusta mucho este álbum (The Forgotten Edge) y también me gusta mucho la canción Cabana de Mel. Música de ensueño.
Y si hablamos de empujar los limites de un medio, de construir una realidad inverosímil, y otras yerbas. Me veo en la obligación de mencionar uno de mis juegos favoritos: Hylics. Creado por el francés Mason Lindroth, este juego es un rpg cortito para pasar la tarde o el finde, en el cual ¿un grupo de amigos deben enfrentarse a un dictador que gobierna el mundo? por poner en pocas palabras su historia. Pero lo importante no es su historia, ni si la misma tiene sentido. Lo llamativo del juego es la combinación de su arte visual, hecho en plastilina, mezclado con pixel-art, sumado a la musica y diálogos bizarros. Es una obra psicodélica, muy inspiradora, no quiero decir mucho más, solo recomendar fuertemente y que cada cual lo experimente. El 1ero es corto, y también tiene una secuela que pega un salto grafico incluyendo modelados 3D y se ve increíble, aunque el 1ero guarda un lugar especial en mi corazón.
Este Jueves voy a pintar en vivo en Adrogué, GRATIS, acá más data
Este sábado voy a estar dibujando visuales en este fechón en el Oeste, quedan promos 2x1, aprovecha !
Sofkmilh va a estar dictando un taller intensivo de acuarela, más data en su IG !
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